viernes, 17 de julio de 2009

Sábado 18 de julio de 2009

A Rajatabla

Contra la Chatarra

Jorge Villegas

 

Apenas anunció el Presidente Calderón que habrá un subsidio de quince mil pesos para los que acepten adquirir un auto nuevo a cambio de su carcacha con  más de diez años de antigüedad, más de un iluso hizo cuentas alegres.

 Imagínate, dijeron, si nos pagan lo que marca el Libro Azul y nos dan  además un subsidio de quince mil pesos   y quizá hasta un descuento del diez por ciento de la agencia, ¡Ya la hicimos! .

Creyeron que era un programa de respaldo a la economía popular: facilitar al ciudadano  acrecentar su patrimonio.

En realidad es un  programa de deschatarrización para sacar de las calles los autos viejos, como estrategia para que las automotrices se recuperen en sus ventas.

Nada de pagar lo que dice el libro Azúl: la oferta es pagar  quince mil pesos a cambio del  auto viejos, con la obligación de entregarlo en la agencia para su destrucción. De hecho, el Presidente pidió primero a las automotrices que instalaran plantas para destruir los autos recogidos

Es la parte voluntaria de un programa a largo plazo para retirar de las calles los autos viejos. Más tarde, simplemente se prohibirá la  circulación de autos con más de diez años de vida .

Los que diseñaron este programa no  conocen a los mexicanos: creen que son gente de comodidad a la que se le hacen viejos sus autos; ignoran que los compran ya con diez o veinte años de uso. Por necesidad, no como coleccionistas

jvillega@rocketmail.com

Sábado 18 de julio de 2009

Cosas Nuestras

Títulos

Jorge Villegas

 

Del kinder al título pasan casi veinte años en la escuela.

El mensaje bacalario los  declara afortunados por acabar carrera.

A la salida de la ceremonia entregan la toga y el birrete .

          En ese instante, de sopetón, se transforman en desempleados.

No hay empleos dignos de su título, salarios decorosos.

Repartirán currículos por cientos, se entrevistarán hasta el hastío.

Con suerte, venderán celulares o tiempos compartidos.

Son el capital humano de México y así lo dilapidamos.

jvillega@rocketmail.com