sábado, 13 de marzo de 2010

Domingo 14 de marzo de 2010

A Rajatabla
El Lado Oscuro
Jorge Villegas

Porque Monterrey se ha transformado en la Capital de la Salud, abundan n la ciudad los buenos hospitales, los médicos prestigiados , las mejores escuelas de Medicina, públicas y privadas.
Pero el panal de rica miel de la salud atrae también a mercaderes, profesionistas de la salud inescrupulosos y hasta pillos falsificadores que ostentan títulos y especialidades que nunca cursaron.
Averguenza, por ejemplo, que médicos titulados atendieran en una clínica pobretona a sicarios heridos en combate con el Ejército.
Quien quiera que ejerza la Medicina o administre un hospital, sabe que tiene la responsabilidad de avisar inmediatamente a la autoridad si alguien llega con lesiones causadas por un arma.
Igual hay especialistas que aceptan contratos con los Malos para ir a curar a sicarios en prisión; de noche y sin avisar a la dirección.
En Salud del Estado hay denuncias también contra “especialistas” que se promueven en los medios, que presumen ser médicos de las estrellas u ofrecen curas y dietas milagrosas , ostentando títulos inexistentes.
Hay denuncias contra una “dermatóloga”, cuya preparación se limita a haber sido afanadora en un consultorio y hoy presume fotos, armadas con photoshop , al lado de científicos de fama internacional.
Y no se diga en el campo de la cirugía estética, campo donde Monterrey destaca ya como mercado persa del Botox y las narices respingonas.
Ω
Domingo 14 de marzo de 2010

Cosas Nuestras
Privilegios
Jorge Villegas

En los viajes aéreos llegan al mismo tiempo los de primera clase y los de turista.
Las aeroilíneas simplemente lucran con el ánimo discriminador de los prósperos.
A los de primera, solo los dejan salir antes y los apapachan durante el vuelo.
Mejor comida versus cero comida en clase turista; y asientos más amplios.
Dice un amigo que le tomó años y fortuna cruzar la cortinilla que separa las dos clases.
Otro, que cruzó de primera a turista, dice que igual le costó :quebró su negocio.
Ya resulta políticamente incorrecta la discriminación por color de la piel.
Pero en el avión ,como dice la telenovela: Hasta que el dinero nos separe.
jvillega@rocketmail.com