viernes, 23 de julio de 2010

Sabado 24 de julio de 2010


A Rajatabla
Bien por Pedro Pablo
Jorge Villegas

Es alentadora la llegada de Pedro Pablo Treviño Villarreal al gabinete de Rodrigo Medina en calidad de Secretario del Trabajo.
Su edad, preparación y experiencia lo identifican como el prototipo del funcionario que uno espera ver en un cargo de responsabilidad , en un gobierno que se caracteriza por la juventud de su lider.
Cuenta la juventud de Pedro Pablo pero esa es una condición cronológica, no una virtud obligada. Tiene más peso su preparación, con estudios universitarios y hasta dos maestrías.
Ya fue funcionario estatal y ya probó las hieles de la derrota en su búsqueda de una diputación federal . Fue notable su `paciencia pues esperó 14 meses , sin la sombrilla de la nómina, la promoción idónea en el servicio público.
Su inexplicable derrota en la elección federal no correspondió a la campaña que hizo , visitando casa por casa de su distrito, acompañado de su esposa y de sus hijos. Pagó culpas ajenas .
En el área laboral, Treviño Villarreal tiene el ejemplo de su abuelo, quien destacó en Monterrey como abogado de las principales empresas y tuvo relaciones armoniosas con los sindicatos bravos de su tiempo.
Pedro Pablo tiene presencia, encaja en la generación que ahora detenta el poder y le tiene más afecto al trabajo que a la imagen.
Puede aportar mucho a un gobierno que apenas empieza a adquirir su perfil propio y a romper las cadenas con el pasado.
Ω
Sabado 24 de julio de 2010


Cosas Nuestras
Desánimo
Jorge Villegas

La razón es quizá por lo emproblemados que estamos en México.
Pero no palpamos entusiasmo alguno por las fiestas del Bicentenario.
Hay quienes piden responder con el silencio del reproche, el Grito del día quince.
Con más brío celebró México el Centenario en vísperas de un movimiento armado.
El colosal monumento de la Independencia sigue siendo el símbolo más entrañable .
Junto al Angel es toda celebración popular cuando el pueblo tiene algo que celebrar.
Ahora parecemos estar ayunos de motivos para celebrar. No hay el ánimo.
Pero la cita con la Historia no es cancelable. Ni prorrogable. Vamos a echarle ganas.
Jvilleg