miércoles, 2 de junio de 2010

Jueves 3 de junio de 2010

A Rajatabla
Respuestas Diferentes
Jorge Villegas

Con los muchos años de vida, quizá ya perdí la sensibilidad para comprender la nueva política y a los hombres públicos de hoy, en pleno Siglo 21.
Pero mi instinto social y mi experiencia , me dicen que en otros tiempos habría otras respuestas a situaciones trágicas como las que padecemos hoy en Monterrey.
Ante el violento y feroz secuestro del director de Tránsito, Enrique Barrios, yo esperaría reacciones como las siguientes:
A las 8 de la mañana, el gobernador y el acalde, acompañados por sus esposas, se apersonarían en el hogar del secuestrado para ofrecer su respaldo a la esposa y a los hijos .
Llegarían acompañados también del Procurador de Justicia, quien ofrecería agotar todos los recursos para rescatar a Enrique.
Con ellos en la casa, llegaría el telefonema de solidaridad del Presidente de la República, hacia Enrique , un exlegislador panista , bravo defensor de la legitimidad del Presidente en los días críticos de toma de la tribuna en la cámara de diputados y de defensa a golpes , golpes literales, para que Calderón pudiera protestar el cargo.
En la misma mañana, las cámaras y los clubes sociales emitirían declaraciones de censura a los criminales, de solidaridad con la autoridad y de afecto a la familia del secuestrado.
Oficiales de Tránsito de los buenos, de los decentes, irían a ofrecerle al alcalde buscar al secuestrado en sus recorridos por la ciudad.
Así sería en otros tiempos.
Ω
Jueves 3 de junio de 2010

Cosas Nuestras
Prestigio
Jorge Villegas

Históricamente , nos prestigió una política exterior humanitaria, de gran respetabilidad.
Eramos el asilo de los perseguidos del mundo, de las víctimas de la dictadura.
Dábamos la cara por los países atropellados por las potencias mundiales.
Nos ufanábamos de no intervenir en los asuntos de otros países.
Y en que un soldado mexicano jamás invadiría un país ajeno.
Ahora, el Presidente se atreve a censurar una ley soberana de un estado norteamericano.
Ya queremos mandar soldados mexicanos a “misiones de paz” de la ONU.
Y a los embajadores se les obliga a mentir, a ”hablar bien de México”, en nuestro peor momento.
jvillega@rocketmail.com