viernes, 22 de enero de 2010

Sábado 23 de enero de 2010

A Rajatabla
El Mundo de Mauricio
Jorge Villegas

El desencanto de los ciudadanos respecto a los políticos y los gobiernos obedece en parte a que siguen buscando en ellos lo que ya no ofrecen: el liderazgo moral de la comunidad.
Era un idealismo que se estrellaba en la cínica realidad, pero al político le demandaban ser hombre de familia, ejercer honestamente un oficio o profesión y que tuviera aversión al trato con los delincuentes.
Vea en torno suyo y comprobará que la mayoría de los políticos que usted conoce de plano ya renegaron y ni siquiera intentan cumplir sus expectativas al elector. Piden ser aceptados sin consideración a su vida familiar, a la turbiedad de sus negocios o su proclividad a la corrupción. Los resultados, dicen, es lo que cuenta.
Aún con ese enfoque realista y descarnado, Mauricio Fernández desentona por su moral laxa, por su relativismo ético que ha puesto en el ejercicio de la alcaldía de San Pedro.
Postula como correcto el responder a los delincuentes con otros delincuentes ; si los antros burlan el cierre, pues hay que legalizar la hora que ellos digan.
¿Cunde la narcoadicción entre sus gobernados? Pues vamos a legalizar la marihuana.
Sus argumentos son sofismas: igual intoxican y dañan el alcohol, el cigarrillo, los solventes. Vamos pues a traficar con la marihuana en los mismos términos.
Si fuera lider moral, diría: vamos a combatir el alcohol, el tabaco y los solventes como ahora perseguimos las drogas. Y no al revés.
Ω
Sábado 23 de enero de 2010

Cosas Nuestras
Pobres
Jorge Villegas

En casa éramos pobres pero nunca nos dimos por enterados.
Sólo había un automóvil en el barrio, casi todos íbamos a escuelas públicas.
A las mismas escuelas donde iban los hijos del gobernador y del alcalde.
En el tendajo, se podía comprar la manteca por kilo o untada en un papel de estraza.
Ser pobre ahora, de plano coloca en fea posición a las familias.
La televisión, el cine, le dicen todo lo que no puede tener.
Le muestran los autos lujosos, le dicen que tener quince pares de zapatos es como no tener ni uno .
Ser pobre era tener poco; ahora es ser paria, estar fuera de la sociedad de consumo.
jvillega@rocketmail.com