miércoles, 17 de marzo de 2010

Jueves 18 de marzo de 2010

A Rajatabla
Lo que sigue…
Jorge Villegas

Queremos creer que la ofensiva militar contra el crimen organizado y la corrupción cómplice no se matiza con colores partidistas. Que soldados y marinos combaten a los delincuentes y a los malos policías , sin atender al origen político de las autoridades locales.
Pero en extraña coincidencia, todos los golpes propinados en las últimas semanas a delincuentes , funcionarios y policías corruptos han sido en municipios gobernados por Acción Nacional: San Nicolás, San Pedro, Monterrey, Santiago, Bustamante, Anáhuac.
pareciera ser la respuesta extemporánea al celo inquisitorial de Germán Martínez, el fracasado dirigente panista que en sus visitas a Nuevo León denunciaba a los criminales como socios exclusivos de los priistas.
Pero observadores de la ofensiva militar actual, que sospechan no de los soldados sino de los civiles que los mandan al combate se preguntan si los golpes a los municipios panistas son para justificar e antemano la siguiente ofensiva, dirigida contra funcionarios y policías estatales y , por ende, contra gobierno priista.
Hay antecedentes para ese enfoque suspicaz: en vísperas de elecciones del 2009 , se mandó a los federales a detener a alcaldes y funcionarios estatales en Michoacán, gobernado por los perredistas; sólo para liberarlos cuando pasaron los comicios.
En año de elecciones críticas en casi la mitad de las entidades, no es descabellada la hipótesis de otras acciones intencionadas .
Ω
Jueves 18 de marzo de 2010

Cosas Nuestras
Democracia
Jorge Villegas

Nos tomó todo el Siglo Veinte cumplir el sueño de Madero sobre el sufragio efectivo.
Salvo por la accidentada elección del 2006, nuestros comicios ya son confiables.
Hasta ahí llega nuestra democracia . Hasta las urnas y nada más.
En el ejercicio del gobierno, funcionarios y políticos imponen su arbitrariedad.
Los legisladores venden su voto y los jueces alquilan la justicia a los peores.
La verdad, deseamos la democracia sobre los bueyes de nuestro compadre.
Pero seguimos con el autoritarismo en la familia, la escuela, la iglesia.
Para que cambie México, primero tenemos que cambiar los mexicanos. Uno por uno.
jvillega@rocketmail.com