A Rajatabla
El Rector de Hierro
Jorge Villegas
El doctor Alfredo Piñeiro becó a cientos de médicos, ingenieros y técnicos para hacer estudios de posgrado en Europa, principalmente en su admirada Alemania.
Después de un semestre, los visitaba y pedía a los maestros alemanes que evaluaran a los estudiantes mexicanos: en alemán y con él entre los evaluadores.
Por la tarde, invitaba a los becarios con todo y su familia a un restaurante. Para mostrarles el afecto de su Universidad; pero también para evaluar otras cosas .
Si los hijos del becario corrían por el restaurante, gritaban a todo pulmón y las madres no parecían escandalizarse por ese comportamiento estridente y anormal en la sociedad europea, marcaba el expediente del estudiante, para un regreso oportuno.
Así era el exrector de la UANL , que falleció el martes. Hombre de una pieza, metódico hasta la exasperación de sus adversarios, investigador riguroso y dueño de una visión universitaria que se reflejó en la internacionalización de sus alumnos y las relaciones institucionales.
Alguna vez fui con el campo de tiro, junto con nuestro común amigo, el doctor Juventino González Benavides. Al doctor Piñeyro le temblaban las manos - ¿Parkinson? -Hasta hacer sonar la tacita contra el plato como campanilla .Pero cuando empuñaba la pistola, su mano estaba firme y su puntería era certera. El triunfo de la mente sobre la fragilidad corporal.
Con su talla, habrá que medir a los nuevos aspirantes al cargo que él honró.
jvillega@rocketmail.com
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