viernes, 7 de mayo de 2010

Sábado 8 de mayo de 2010

A Rajatabla
Empezar de Nuevo
Jorge Villegas

Si descubre usted manchas verdes en la carne picada que va a cocinar ¿Qué hace? :¿ Le quita lo podrido y sigue adelante? ¿O se deshace de toda la carne para evitar un mal mayor?.
Así es el dilema ante la tremenda descomposición de las policías municipales y estatales. Están infiltradas por el crimen organizado, en las crisis se ponen del lado de los Malos y no auxilian a un ciudadano en apuros; lo entregan en manos de sus secuestradores.
A un mal de esa magnitud, el Gobernador y los alcaldes responden primero con una excepción: también hay policías buenos y decentes. Y la otra: cesan a los más bravos o dejan que los capturen soldados y marinos, con la esperanza de una recomposición de ls corporaciones.
La verdad es que con todas las purgas parciales y la eliminación de algunos de los peores elementos – por cese, por ejecución, por renuncia – sigue la infiltración, menudean las complicidades en los crímenes más nefandos , solo sirven para espiar a los militares.
Parece necesario ser drásticos: hacer como con la carne infectada. Hay que disolver paulatinamente las corporaciones por entero. Cesarlos a todos, consignar a los peores y abrir nuevas contrataciones.
Así se recupera a los pocos buenos. Y se establecen nuevas reglas de trabajo con rigor castrense y control de comportamientos.
Del otro modo , los peores que se quedan contaminan o amedrentan a los buenos. Y hay que recordar la vieja receta: las escaleras se barran desde arriba.
Ω

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