Viernes 13 de Agosto de 2010
Cosas Nuestras
Tesón
Jorge Villegas
Jesús León Santos, un indígene oaxaqueño vivía en un campo desolado, árido, sin árboles.
Pudo resignarse al paisaje hostil. Aceptarlo como maldición fatal de su raza.
Prefirió hacer algo, lo que fuera , por cambiar tan hostil entorno.
Sembró árboles, aró con herramientas no invasivas , hizo bordos para retener agua.
Juntó a sus vecinos para que hicieran lo mismo ,sin esperar a gobierno alguno.
Hoy, aquel paraje desolado es lugar de lluvias, corrientes y vegetación.
Con el esfuerzo colectivo se regresó al equilibriuo natural perdido.
Le acaban de dar a Jesús un premio internacional de Ecología.
jvillega@rocketmail.com
jueves, 12 de agosto de 2010
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